Desde hace más de tres siglos, de manera ininterrumpida, los Góngora han dedicado su actividad a la elaboración de vinos y otras bebidas alcohólicas. Una historia que comenzó en 1.682 en la hacienda llamada "Pata de Hierro" de Villanueva del Ariscal (Sevilla), que gracias a la iniciativa de Don José de Góngora y Arando, quien adquirió la antigua Hacienda y decidió convertirla en bodega para la crianza y envejecimiento de vinos finos y generosos.
Situadas en el Aljarafe de Sevilla, tierra con una gran tradición vitinícola ya desde los tiempos de la Sevilla Romana, según se desprende de las crónicas conservadas de la época, y que posee unas características especiales para el cultivo de la vid. Las tierras son albarizas (geológicamente son margas amarillas de la Era Terciaria), conocidas por su capacidad de retener el agua a pesar de la falta de lluvias, que permiten la buena maduración de las uvas. Las cepas producen en su mayoría uvas de la variedad Garrido Fino, de excelente calidad y muy adecuadas para la elaboración de vinos blancos, finos y generosos. Así mismo, también existen cepas de las variedades de uvas Pedro Ximénez y Moscatel, ideales para la elaboración de vinos dulces.
Los vinos que se producen en estas bodegas son en su mayoría vinos finos y generosos, muchos de ellos obtenidos de soleras con más de 100 años de vejez, como es el caso de la “Selección IMPERIAL” de Góngora. A su vez, también producimos excelentes vinos blancos como el “Señorío de Heliche” (Semi-Seco) y el “Marqués de Eliche” (Seco), que destacan por su calidad y su agradable paladar. Finalmente, destacar nuestro Brandy Viejo “Góngora, Gran Reserva”, procedente de una solera destilada hace más de 70 años y considerado como uno de los mejores y más exquisitos brandies de nuestro país.
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