Papá
29.8.1932 - 9.6.2004

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Xavier Tarrés i Bech fue un Gran Hombre. Su voz, su mirada, su sonrisa, sus manos, su corazón… todos sus gestos fueron testimonio de un Hombre Sabio, profundamente humano y espiritual; testimonio del  mejor padre, guía y amigo que un hijo puede tener.

A todos los que tuvimos la suerte de conocerle, nos dejó una honda huella que nos acompaña y está viva aún tal día como hoy, diez años después de su fallecimiento. Era discreto y humilde pero cuando se acercaba a ti, lo hacía de una manera directa, comprometida y tan amorosa que te hacía sentir importante al instante – esta era su manera de comunicarse con los demás, con la vida y creo que consigo mismo también.

Su vida nos ha dejado una Herencia inmensa: a mi madre, a mis hermanos, a mí, a sus nietos, a la familia de Girona y a todas las personas que le queremos y recordamos. No sé cansó, ni en sus últimos días de vida de transmitirnos dos ideas fundamentales: la Idea de un Dios Benévolo y Cercano, que vive dentro de todas las personas y da vida al verdadero yo de cada uno; y la Idea de cómo el núcleo familiar y sus tradiciones también forman parte de esa esencia del ser humano y de su autenticidad. Siempre estaba ocupándose de cuidar, desarrollar y plasmar estos dos aspectos de la vida, en la suya y en la de todos que se vinculaban a él.

Echamos de menos a nuestro padre, un gran empordanés valiente e inquieto, paciente, con un gran sentido del humor, autocrítico, curioso y siempre con la mente abierta para seguir aprendiendo y experimentando cosas nuevas, trabajador e innovador hasta la médula, impulsor de cientos de iniciativas en el terreno profesional de la ingeniería, del arte, del periodismo, de la vida... Un aventurero entusiasta y un hombre de auténtica belleza.



Sé que en "otro ratillo" nos veremos.
Marta
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Su mujer, Marisol Chamorro

Marta me pide que, además de que cuente un poco lo que fue profesionalmente su vida,ponga unas líneas de recordatorio de lo que supuso para mi, mi querido Javi, pero eso es imposible. Tengo tantos recuerdos entrañables desde el dia que le conocí en Palamós, hasta el dia que falleció en mis brazos en Sevilla, que no sabría expresarlos. Aquí se han dicho muchas cosas de él, todas ciertas.  He escrito un libro contando su vida, su familia y sobretodo nuestra vida en común y para resumirlo de alguna manera diré que él fue lo mejor que pudo pasarme en la vida y estoy segura de que Dios me puso en este mundo para ser su compañera. Era tanto lo que le amaba y lo que le  admiraba, que  fui inmensamente afortunada y nunca agradeceré lo suficiente  al Señor que me regalara un esposo, amigo, confidente, compañero y amante como mi Javi querido.

Nuestros seis hijos, fruto de tanto amor, nos han devuelto con creces nuestros desvelos y preocupaciones pensando en su educación y en su futuro, que pienso que si profesionalmente triunfó en todo lo que hizo, humanamente cosechó una familia de la que sentirse orgulloso y que no nos defraudaron nunca.

Por todo ello, gracias Javi por los 50 años a tu lado y por los estupendos hijos que hemos criado, sobre todo gracias a tus directrices.

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Xavier Tarrés, profesional
Profesionalmente se puede asegurar que Javier Tarrés triunfó plenamente. Hombre con gran imaginación (como todo buen ingeniero), trabajador, tenaz, emprendedor y constante en sus empeños. Desde muy joven se propuso conocer diferentes formas de producción industrial, maquinaria, productividad, etc. (solía ponerse en mangas de camisa y “meterse” en la maquinaria para conocerla “por dentro”). En La Algodonera de San Antonio en Bergara, le llamaban “el gato” pues se subía incluso a los tejados  para inspeccionar el grado de humedad o lo que se le ocurriera…Trabajó en muchas fábricas de diferentes ciudades y países, en todas dejó un inmejorable recuerdo y todas le enseñaron algo que a él le interesaba… En España fue el primero que introdujo el sistema OPEN END, hilatura de algodón sin lanzadera que fue insustituible desde entonces (lo había conocido en un viaje que hizo a Praga y pudo conocer la fábrica que construía las máquinas y allí se pasó varios meses aprendiendo su manejo).La Fundación Textil Española con sede en Barcelona “Juan de la Cierva” , presidida por su maestro, el prestigioso Ingeniero Dr. Barella, le invitó a dar unas conferencias que fueron filmadas y publicadas en toda Europa  para dar a conocer al resto de los industriales textiles las ventajas del Open End, con el título de “Turbine clearnes and properties of open-end yarns”; y la Asociación de Investigación Textil Algodonera (AITA), le publicó otra conferencia con el título de “Primeras experiencias con hilatura por el sistema discontinuo Open-End”.

Cuando llegaba a una fábrica nueva lo primero que hacía era montar un Laboratorio para investigar todo lo necesario para llegar a una óptima producción y al mismo tiempo formaba a un equipo de trabajadores (mandos intermedios) que eran sus ayudantes directos y colaboradores. Esto lo hacía siempre y todos los ayudantes que estuvieron bajo sus órdenes le recuerdan con afecto y admiración.

No se contentó con estudiar la hilatura de algodón, que era su preferida, sino tambien con la de la lana, pues estuvo en Venezuela dirigiendo la División de LANEX, y la de  HYTASA en Sevilla, y tambien la seda, realizando un proyectos de fabricación de la seda,  para Medellín en Colombia y otro para una empresa de estampación y confección de pañuelos de seda para su venta en la EXPO´92, así como un proyecto para el cultivo de la morera y la cría del gusano de seda en Andalucía que le encargó el Instituto de de Fomento de Andalucía (IFA).

Pudo conocer el éxito en la Creación de varias fábricas proyectadas por él, desde el edificio hasta su seguimiento en producción y comercialización, siguiendo su intuición. Una de algodón Hidrófilo en Valencia (Venezuela), otra de Hilatura de hilo como valor añadido a unos agricultores de algodón en Los Palacios (Sevilla), y la segunda fábrica que se instalaba en España de Geotextiles en Minas de Rio Tinto (Huelva), además de fabricar la fibra necesaria para los “tejidos no tejidos” de los geotextiles. Esta fue la última que proyectó y hoy día está en pleno rendimiento.
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Su hija mayor, Sol Tarrés



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"10 años!!! Pero es como si no hubiera pasado… Papá era muy sensible pero al mismo tiempo muy pudoroso con sus sentimientos, y se violentaba si tenía que exponerlos. Supongo que eso lo he heredado de él. Todos tenemos nuestros recuerdos, nuestras emociones, las cosas que aprendimos… Hoy, y con los tiempos que corren, me gustaría recordar algo que nos inculcó a todos sus hijos, aunque no siempre seamos conscientes de ello: Las cosas pueden hacerse de muchas formas, lo establecido no tiene por qué ser lo único o lo mejor, si algo no funciona se puede probar otra cosa, con paciencia, constancia y optimismo (y un gran sentido del humor que le permitía superar los malos tragos) se llega a la solución, lo importante es no rendirse y no tener miedo a probar algo distinto. Él siempre siguió esto, y es una gran lección. Papá, te echamos mucho de menos."



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Su hermano Alexandre y Margarita
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... Los recuerdos más lejanos que tengo de mi hermano, que en casa siempre fue “en Xavi”, se remontan a mi primera niñez, y son recuerdos vagos de esperarle o acompañarle a la estación del ferrocarril, pues debido a nuestra diferencia de edad, 17 años, cuando tuve uso de razón, él ya viajaba continuamente, en sus idas y venidas debido a los estudios, al servicio militar, o a sus innumerables viajes al extranjero. De estos viajes siempre me traía magníficos y esperados regalos que él se empeñaba en que fueran pedagógicos para mí. A su vuelta de París me obsequió con un estuche de pinturas-acuarela para que aprendiera a pintar (nunca aprendí). En otra ocasión me trajo una caja con plastilina y molduras para aprender a moldear pequeñas estatuíllas (nunca aprendí). Otra vez me obsequió con una caja en la que había un barco vikingo desmontado a piezas para construirlo (nunca aprendí a motarlo y me lo tuvo que acabar él). Resignado, en viajes posteriores me trajo cosas más prácticas, como unos pantalones cortos, de cuero, después de su vuelta de la región alemana del Tirol.

También traía regalos para toda la família: En una ocasión nos regaló unos discos de música clásica. Los depositó sobre una silla del comedor y yo, despistadamente, me senté encima y como eran de pasta, quedaron hechos añicos. Como nunca se enfadava, su immediata reacción fue la de intentar recomponerlos a base de cola, acción de la que me hizo partícipe, para que aprendiera a reconstruir los discos (nunca aprendí).
 

Aunque sus venidas a casa eran breves y espaciadas en el tiempo, constituian un gran acontecimiento y se esperaban con ansiedad, convirtiéndose en una gran fiesta. Nuestra madre no paraba en la cocina y todos intentábamos que se encontrara con la máxima comodidad y calor humano. Sí que consiguió algunos éxitos con mi formación. Se preocupava por mis estudios y me obligava a estudiar hasta altas horas de la noche y me enseñó técnicas de estudio. Consiguió que aprendiera a montar en bicicleta, aunque para ello tuvo que emplear diversas etapas entre visita y visita. No obtuvo tanto éxito en su intento por enseñarme a patinar. Me compró unos patines último modelo, pero después de unos cuantos tortazos, los arrinconé en el desván y nunca aprendí a patinar. El último intento pedagógico fue cuando, ya maduro yo, me apuntó a un cursillo de vela en aguas de Palamós. La experiència fracasó y nunca aprendí a navegar. 

Su constancia y perseverancia en hacer de mi un hombre de provecho no tenia límites y me regaló muchos libros. Recuerdo uno que  me gustó mucho y todavía conservo, que se titulava: “Como dibujar caballos”. Nunca aprendí a dibujar caballos, però sí que ha servido a Margarita en su profesión. Otro libro que releí varias veces fue: “Cuando los grandes hombres eran niños”. No sé si hizo de mí un gran hombre, però sí sé que no llegué a su altura intelectual ni física (él medía más de un metro ochenta y yo me quedé en metro setenta). Su capacidad de ingenio llegó para mí al máximo cuando, en Palamós, construyó una piragua, a la que llamó FANNY, en honor de Paquita, y de la que vuestra madre os puede hablar bastante. La pobre (me refiero a la piragua), acabó abandonada en la azotea de nuestra casa, hasta que sucumbió quemada en una hoguera de San Juan.
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Las anécdotas y recuerdos son innumerables y especialmente agradables en las excursiones, como las realizadas desde Sant Joan de les Abadesses, al nacimiento del Ter o a Camprodón. Su afición por la fotografia ha dejado constancia de ellas en nuestros álbumes. 

Todos recordaremos siempre su bondad, sencillez, paciencia, constancia, generosidad, altruismo, laboriosidad, ingenio, optimismo...

En casa, con mis hijos y Margarita le recordamos en muchas ocasiones, pues a ellos siempre les causó una magnífica impresión. Margarita le guarda un gran afecto, especialmente por lo atento que estuvo con ella durante los días que pasó en Sevilla.

El dia 9 de junio pensaremos en él y estaremos espiritualmente con vosotros en Sevilla. Nunca le olvidaremos.
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Un fuerte abrazo para todos mis sobrinos y para Marisol,...
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Su hermana Paquita y familia


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Cementerio de Calonge (Palamós)


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En Imagenes
Palabras sonoras
Orfeón Donostiarra - El canto de los pájaros
Palabras de su mujer Marisol e hijos
Palabras de su hijo Xavi
Palabras de su hijo Jordi
Palabras de su hija Marta
Xavier Tarrés Pintor
Homenaje a Xavi



El espíritu sopla donde quiere (Jn,3,8)

Su nieta Marina

Lo que mas recuerdo de babi, aunque era pequeña y son recuerdos un poco borrosos y confusos es la gran sonrisa que ponía siempre.

En Palamós, por las mañanas recuerdo muy bien que me quedaba observando fascinada como él, en el baño pequeño del final del pasillo, se untaba la cara de espuma y se afeitaba, pero siempre se quedaba con su bigote sin afeitar y llenaba la “pica” de agua y se iba sacando toda la espuma despacio y sin prisa.


Me gustaban muchísimo los paseos y las historias que iba contando mientras caminábamos, sobretodo cuando llegábamos al puerto, con todos esos barcos, nuevos o viejos, pero todos ellos tenían su encanto.

Recuerdo uno de sus cumpleaños que pusimos la canción de feliz en tu día (de los payasos de la tele) y cantamos todos juntos, luego ya nos desmadramos un poquito mas y cantamos la de Susanita y el circo de la alegría.

También recuerdo que hacíamos puzles y casi siempre que nos veíamos nos regalaban uno distinto y nos acabábamos entreteniendo haciendo todos esos puzzles con él.

Pero lo mejor de todo es que era el mejor abuelo del mundo y esto es con lo que siempre me quedaré.

Su nieta Laia

Bavi, estés donde estés, sé que vas a escuchar esto.

Solo tenía siete años cuando me dieron la noticia. Los papás me dijeron que no sufriste, que habías ido a un lugar mucho más bonito. Sin embargo, estuve llorando todo el fin de semana. No me entraba en la cabeza que nunca más te volvería a ver, ya que para mi eras mi babi, eras mi padrino.

Si me estás escuchando, sabrás que muy frecuentemente pienso en ti. Todavía me acuerdo de cuando hicimos buñuelos de viento en Sevilla, y de cuando le dábamos de comer a los gatos de Palamós o cuando simplemente cogíamos mi libreta y escribíamos en ella. También me acuerdo de una mona que me regalaste, que tenía forma de gallina y muchos huevos alrededor. Son pequeños recuerdos, pero que cuando los recuerdo, me hacen sentir bien.

Estoy triste, porque tus sonrisas y tus abrazos quedaron atrás. Pero a la vez estoy contenta porque sé que estás en un lugar mejor, esperándome.

A veces me gustaría que bajases por solo un segundo del cielo, me arropases entre tus brazos y me sonrieras con esa sonrisa tan sincera que tienes. Entonces, te podría dar las gracias por todo lo que hiciste por mí y te regalaría una de mis sonrisas. Luego te contaría que me gustaría llegar a ser ingeniera, como tú. Y te daría un beso.

Siempre te querré, tu ahijada Laia.
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Su ahijado David
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Su sobrina Araceli

Mis recuerdos con el tito Xavi me llevan principalmente a los veranos de mi infancia en Palamós.  Por la mañana , la playa,  y por la tarde las excursiones a los pueblecitos costeros cercanos ( Sant Feliu, S’Agaró, la playa de la Fosca, …) o los juegos en el jardín de la casa. Mientras los mayores, después de la siesta ,  charlaban sentados a la sombra , mis hermanos y yo  jugábamos con las primas más pequeñas a su alrededor . Mi tío siempre tenía una palabra amable con nosotros , siempre sonriendo , con su bigotillo a lo Clark Gable, hablando en un tono bajito, tranquilo. Era muy cariñoso conmigo igual que con sus hijas pequeñas a las que adoraba. Recuerdo que siempre nos defendía cuando los primos mayores nos hacían rabiar. Nos hablaba suavemente, calmándonos y en seguida volvíamos a jugar. Nunca le vi enfadado ni gritando. Le veía una persona alegre y comprensiva, que te sentías segura y a gusto en su compañía. Una vez en Palamós , no tendría yo ni once años, me dio las llaves del coche para que se lo arrancara. Sin saber que tenía la primera marcha puesta se me caló varias veces, avanzando un poco el coche cada vez  con un trompicón.  Cuando llegó , pensé que me regañaría , pero no le dio importancia , me puso el punto muerto y ya está.  Me sorprendió , me había dado la confianza en algo sin saber qué pasaría. Por suerte el otro coche que había delante, el de la tía Marisol , estaba a unos dos metros de distancia y no le di.

Siempre he pensado que cuando alguien muere te queda un aprendizaje de esa persona y esa es su herencia, que te recordará a ella. Puede parecer simple que me queden estas pequeñas anécdotas de mi tío Xavi, pero en ellas está lo que me dejó y aprendí : AMABILIDAD, SONRISA, TRANQUILIDAD, CARIÑO, ESTIMA, DEFENSA, CALMA, ALEGRÍA, COMPRENSIÓN, SEGURIDAD, CONFIANZA.
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SE HAN SUMADO A ESTE HOMENAJE:

Sus amigos Mª Inés y Ángel Elvira Pintor de Mendavia

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XAVIER TARRÉS

Conocimos a Xavier y Marisol un atardecer logroñés, en la exposición que Ángel tenía en la Gran Vía de Logroño. Les interesó el arte que reflejaban los cuadros y Marisol decidió que podía ayudarle. Así nació una amistad que duro años, hasta que los continuos viajes de la familia y el tiempo nos alejaron físicamente, porque de nuestros corazones no habeis salido jamás. Sol, de gran temperamento con la que yo conectaba fácilmente a pesar de la diferencia de edad. Xavier, que ya daba muestras de buena inteligencia y formalidad. Elisenda, que ya apuntaba como una jovencita pizpireta con fuerte personalidad. Ignacio, que podía haber sido un poeta un poco bohemio. Jorge, con apariencia de bueno y que solía salirse con la suya. Marta, para nosotros Martita, cariñosa como un osito de peluche en aquellos días, era deliciosa, y no dudamos de que lo es todavía.

Quien puede olvidar la exposición de Palamós, que nos dió ocasión de conocernos más profundamentey a Ángel, la oportunidad de navegar con Xavier y llegar contento y requemado por el sol, con las piernas como tomates maduros, que fueron salvadas por un farmacéutico que le recetó una aplicación de una pasta compuesta de polvos de talco y alcohol, que resultó milagrosa.

Las excursiones al museo de Dalí, al Estartit, Rosas, Ampurias, Playa de Aro y demás lugares. No olvidamos la vista nocturna a la Catedral de Gerona y la casa de Isaac el Ciego, las cenas en el jardín, las compras en el mercado y el disfrute de la playa, que a los de "tierra adentro" nos daba alegría y salud. Con todos los jóvenes nadábamos y soportábamos sus bromas, como en una ocasión en que le dieron la vuelta al barco, justo donde aseguraron que había un barco hundido, que Dios sabe qué peligros podía ocultar. Mientras tanto Xavier con otros amigos nadaban varios kilómetros y cuando extrañados de cómo podía hacer aquello, decía con naturalidad: bueno, lo hacemos casi todo a espalda.

Xavier Tarrés era un hombre elegante de gran personalidad, afable y cariñoso en su justa medida, ya que en los saludos procuraba que no le arrollara con mi temperamento navarro, acercándome la mejilla pero marcando distancia, cosa que yo le reprochaba diciendo que eso no era un saludo ni nada, que a la próxima, le iba a dar la mano y en paz. El contestaba con su humor sutil y un poco burlón alguna cosa de la que tardaba en darme cuenta un par de horas, cuando ya no tenía remedio. Marisol tenía el carácter mas abierto y se abrazaba con Ángel al estilo de nuestra tierra, pero hablar de ella es otro tema que mercería toda una serie para contar nuestras aventuras, ya que ella nos ayudó mucho con su experiencia en "relaciones públicas", lecciones que yo aproveché al máximo y de las que saqué provecho cuando tuve que volar sola.

Para nuestro asombro Xavier se transformaba al volante, pareciéndonos un conductor un poco arriesgado, bien es cierto que nosotros no habíamos viajado mucho, pero en una ocasión bajando las cuestas de Ragudo camino de Palamós, tomó una curva en diagonal acercándose después tanto al borde de la carretera, que el coche derrapó en la gravilla, se nos "levantaron las alas del corazón". Le dije a Ángel en voz baja que tenía miedo y él me contesto: "Haz como yo, reza y calla...."

Por unos días formábamos una gran familia: los dos abuelos, el matrimonio, los seis hijos, el perro que nos metía en muchos compromisos, olisqueando descaradamente a los bañistas, además de nosotros, que hemos guardado en el recuerdo los días felices de aquella juventud perdida.

Mª Inés y Ángel Elvira
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Su compañero y amigos José María Pagés e Isabel desde Madrid



Sus amigos de toda la vida


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Els seus amics Josep Mª i Angelina

Benvolguda Marisol i Marta:

Sento arribar tard a aquesta entranyable Jornada però resulta que acabem d’arribar a Palamós després d’una absència prolongada sense venir hi he trobat la vostra comunicació amb retard. Però encara que sigui passada la data no vull deixar passar sense voler participar en el record d’un gran i inoblidable amic com va ser en Xavier el teu marit i pare.

Ens varem conèixer per primera vegada quan vaig anar als Maristes de Girona al 3er de Batxillerat l’any 1945 i vam estudiar junts aquell curs i el següent perquè ell va deixar el col·legi i va continuar al Institut. Després cadascú va fer el seu camí i vam perdre el contacte durant uns anys fins que ens varem retrobar quan en Vilá Ruhé va aconseguir reunir en un sopar antics companys de col·legi ja amb família formada  i així es van institucionalitzar les trobades de cada estiu al voltant de Palamós, Platja d’Aro i S. Antoni ja a partir de llavors de forma ininterrompuda.

Van ser uns anys de records entranyables que van durar 25 anys per lo menys fins que per llei de vida malauradament molts companys ens han anat deixant, alguns de forma inesperada i sempre massa prematura com el cas d’en Xavier i altres. Cada vegada que passo per la variant de Platja d’Aro a l’altura de Calonge i veig el cementiri podeu estar segures que no deixo de pensar amb en Xavier i recordo amb certa nostàlgia els bons moments que varem gaudir de la seva amistat. Crec que varem ser d’una promoció que vam tenir la gran sort d’establir uns lligams d’amistat que no es va trencar més que pel que és inevitable.

Me parleu d’aportar alguna anècdota I entre moltes recordo una trobada, una per mi molt divertida que va ser una que va tenir lloc a casa vostra en la que vareu muntar una sessió d’esperitisme amb uns gots sobre la taula que es movien sols i que durant varies hores vam riure moltíssim sobretot perquè, alguns eram totalment incrèduls en la matèria, i altres hi creien o almenys ho feien veure. Segur que tu Marisol ho deus recordar.

En qüestió de “multimèdia” sento que només pugui aportar 3 fotos de sopars que potser alguna d’elles no la tindreu. En tinc més però no aquí Palamós

 

Una abraçada molt forta dels vostre amics,

Josep Mª i Angelina




Su compañero y amigos Juan María Parés y Pilar desde Cantabria
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Sus amigos Moncho y Angelita desde Caracas
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Su compañero y amigos Pepe Ribas y Mª Rosa desde Guimaràes
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Estela Mª Pérez, nuestra amiga tan querida...
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Su compañero y amigo Raimundo del Colegio de Ingenieros de Sevilla


Querido Xavier, parece mentira, diez años han pasado ya desde que nos dejaste… y, si no fuera por lo que te echamos de menos, día tras día, pareciera que fue ayer. Diez años en los que otros compañeros y seres queridos se han ido a acompañarte, lo que a los de tu quinta nos hace pensar que más pronto que tarde nos uniremos al proyecto que, sin duda, estareis organizando y tu, como siempre,  meticulosamente planificando y coordinando.

Cada vez que el Colegio, tu Colegio de Ingenieros Industriales, acomete una actividad nueva, edita un libro o saca una nueva revista es inevitable oir un…. "si estuviera aqui Xavier"…
Xavier, cómo echamos de menos tu rigor, tu entrega, tu generosidad, tu imaginación  y tu compañía…, ¡cómo te echamos de menos!. 
¡Qué suerte tienen los que ahora te tienen en su equipo!…

Xavier, han pasado diez años y te seguimos echando de menos,  queriéndote y admirándote igual. 
Xavier, allá donde estés, prepáranos tarea, que ya llegamos.
Un abrazo muy fuerte, Xavier.

Raimundo Martinez
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Cementerio de Calonge (Palamós)
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Nació en la Girona de sus amores
 
PUBLI
 
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