El incienso se conoce desde la antigüedad. Los mesopotámicos ya tenían yerbas aromáticas que se usaban tanto en sus fiestas como sus ceremonias religiosas.

A lo largo de la historia cada pueblo tenía su forma de endulzar y perfumar su vida. En los palacios de la reina Zenobia de Palmira se utilizaba incienso líquido y sólido que perfumaba su palacio, y también el dulce más usado que era el dátil junto con la miel.

Hay incienso seco de piedra, incienso líquido, melaza de incienso e incienso seco en palos.

Los inciensos de melaza se utilizaban para mezclarlo con material opiáceo en habitaciones que contenían cortinas de tela de algodón para mantener el aroma y el humo.

También se utilizaba la melaza en un contenedor de barro, calentado por velas u otros productos, para que el humo impregne el ambiente.

Y desde hace pocos años, los egipcios utilizaron esta misma melaza para el tabaco para shisha moderno puesto que antes el tabaco de shisha carecía de aroma añadido.

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