Con la compra de las minas de Riotinto por la Rio Tinto Company Limited, surgió en la juventud una gran inclinación hacia estudios que estuviesen íntimamente relacionados con la industria minera.
Por tanto la compañía inglesa puso en marcha la idea de especializar al obrero para que en el futuro pudiera alcanzar puestos intermedios entre los ejecutivos y la mano de obra española, que aceptaría de mejor grado una orden de otro español que la que le llegara procedente de un extranjero.
El ilustre onubense, señor Vázquez López, junto con los ingenieros de Minas, Sres. Cortés Cícero, Pizarro y Gonzalo y Tarín, convencidos de esta necesidad y de la importancia que tendría para el futuro de la minería en Huelva de un centro docente del que salieran hombres especializados en la industria minera, comenzaron a gestionar ante las autoridades locales y las diversas compañías mineras de la provincia la creación de una Escuela para tal finalidad.
Es así como nace la Escuela de Capataces de Minas por Real Decreto de 22 de febrero de 1901, aprobándose su reglamento por Real Decreto de 6 de agosto de 1901, dependiendo de la Dirección General de Minas.
Durante la posguerra, la Escuela se establece en un pequeño chalet de la Alameda Sundheim, que había sido la residencia de don José Sánchez Mora, representante en Huelva de la todopoderosa Compañía Minera de Riotinto, y que el Estado lo había adquirido por trescientas sesenta y cinco mil pesetas.