Aunque no dentro del recinto de Bellavista, pero sí muy cerca se levantó a imagen y semejanza de un camposanto británico. Presenta dos espacios diferenciados por gruesos muros de mampostería, realizada con piedra de gossam. Sus paredes están recubiertas de hiedra.
El cementerio consta de dos espacios contiguos unidos por una abertura en el muro común. El primer espacio es el cementerio propiamente dicho, y parece ser el primitivo, mientras que el segundo espacio es posterior.
Existía una pequeña capilla en el centro del primer espacio, que fue demolida en 1955.
En el plano de 1878 ya aparece el cementerio en su emplazamiento actual. En sus sepulturas aparecen algunos epitafios de gran valor, como una poesía en la tumba de Nielsen, hoy día desaparecida. La puerta de la necrópolis, realizada por Alan Brace en 1929 formada por una reja de forja con puntas de lanza, da paso a un hermoso jardín victoriano.
Se trataba de un lugar pequeño, de una gran belleza y muy cuidado, siempre lleno de flores, aunque hoy día está muy descuidado, con la vegetación muy profusa. En este cementerio permanecen los restos del que fue último General Manager de Riotinto, siendo el único que está enterrado aquí.
Los enterramientos difieren un poco de los realizados por las costumbres españolas. Constan de un bordillo perimetral de mármol y una losa pequeña central enlazada a éste. Quedan, pues, dos espacios que son rellenados de gravas y arenas y donde se siembran flores. Aparece igualmente otra tipología, que consta de una tapa vertical rematada con una cruz griega inscrita en un círculo.
La belleza de este cementerio, sus pequeñas dimensiones que lo hacen de cierto aire romántico, la hiedra que lo envuelve y los enterramientos con nombres foráneos, causan una sensación de mezcla entre tristeza y belleza.