Los cementerios representan los espacios de la “memoria habitada” de nuestra sociedad. Su valor simbólico tiene tanto una dimensión material como inmaterial, pues en ellos convergen diversos significados históricos, sociales, artísticos, artesanales, científicos, paisajísticos, arquitectónicos, simbólicos, económicos, políticos y de relaciones de poder, así como de diversidad cultural y religiosa, de tradiciones, usos y costumbres, etc. de una comunidad en relación con sus difuntos, transformados en ancestros, con la importante carga identitaria que esto conlleva.