El cementerio de San Jorge es un cementerio jardín romántico, que se caracteriza por la disposición de plantas de forma desordenada, y donde las tumbas se confunden en la exuberancia del contexto natural.

La zona que rodea el cementerio inicial fue concebida como un jardín botánico, dispuesto en bancales mirando al mar. En palabras de M. Grice-Hutchinson: lo “destinó a jardín botánico para que los malagueños tuviesen un retiro agradable cuando saliesen a tomar el aire por las tardes”.  Es decir, desde el primer momento se pensó este espacio formando parte del contexto de la ciudad, como “un remanso de paz en medio de la ciudad”. Entre sus muros han paseado ilustres personajes como Hans Andersen, Washington Irving, Richard Ford, Leopoldo Alas Clarín o el escritor Antonio Gala.

En su interior, en su terreno escalonado, podemos disfrutar de una exuberante vegetación, tanto autóctona como exótica. Entre las especies autóctonas están los falsos pimenteros, algarrobos, pinos de Alepo, almencinos, naranjos amargos, olivos, moreras y eucaliptos, hasta unas cincuenta especies distintas. Algunos de sus árboles superan los cien años. Y entre las especies exóticas encontramos: ficus, araucarias, jacarandas, palmeras, pino canario, falsas acacias, plataneras y mimosas entre otras.


El patrimonio natural del cementerio inglés está incluido en el Itinerario Botánico elaborado por el Ayuntamiento de Málaga.